Porto Santo
Porto Santo es la otra isla habitada del archipiélago de Madeira, se encuentra a unos cuarenta kilómetros de Funchal, en dirección nordeste.
Porto Santo es conocida por sus hermosas playas de arenas doradas, las mejores del archipiélago sin lugar a dudas, así como por sus aguas turquesas, cuyos colores no son comunes en la isla de Madeira.
La principal ciudad de la isla es Vila Baleira, su capital. Allí vivió Cristobal Colón durante muchos años, por lo que hay un museo al respecto en el lugar sobre este importante personaje histórico. Además la isla posee varios picos de escasa pero notable altitud.
En Porto Santo existen dos áreas bien diferenciadas. El noreste montañoso y el suroeste plano.
En el noroeste se encuentran el Pico do Facho de 517 metros, el Pico do Castelo de 437 metros, además del Pico da Juliana, de 477 metros, y el Pico da Gandaia de 499 metros.
En la parte sur y oeste de la isla se encuentra la hermosa playa de Porto Santo, rodeada de algunas montañas menores como el Pico Ana Fereira y el Cabeço do Zimbralinho. Son más de 9 kilómetros de playa desde Vila Baleira hasta la Ponta da Calheta.
El agua de estas playas es cálida y su extensión es bastante amplia, por lo que nunca encontrará hacinamiento en la isla.
Las propiedades curativas de las espectaculares arenas de esta playa son bastante conocidas, hay quienes dicen que disminuyen los dolores causados por la artritis y el reumatismo, además de ayudar a curar los huesos rotos.
La playa es larga y se divide a su vez en una serie de playas menores.
A Porto Santo se puede acceder mediante barco y avión, la primera es la opción más económica, la segunda, si bien más cara, es mucho más rápida y efectiva.
El aeropuerto de la isla se encuentra a apenas dos kilómetros de Vila Baleira, y fue el primer aeropuerto de la región, siendo construido en 1959.
El puerto marítimo es el de Abrigo, donde se pueden encontrar barcos que conectan con Funchal diariamente.
Porto Santo es un destino perfecto para quienes buscan relajarse y desconectarse del mundo exterior.
Así como la isla de Madeira posee impresionantes paisajes, verdes y húmedos, con inmensas montañas que capturan las nubes y la humedad de las corrientes oceánicas, las escasas altitudes de la isla la convierten en una región de clima seco y árido.
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